Hoy es 15 de Julio

Fotografía anónima. Conmemoración 15 de julio. Aprox. 1910
El 15 de julio, para todos los conquenses, es fiesta de guardar. Es fecha que trae a nuestra mente el recuerdo de luctuosos días, en los que las fuerzas carlistas, como hordas salvajes, irrumpieron en la población entregándose a vandálicos excesos.
Para aquellos valerosos liberales, Cuenca ha guardado y guarda un profundo sentimiento de admiración y gratitud.
                                 (extractado de Diario El Sol. 18 de julio de 1925. Artículo de Rodolfo LLopis)

No pretendemos relatar en profundidad los hechos acaecidos pero sí unas pequeñas pinceladas sobre lo ocurrido del 13 al 18 de julio de 1874 en el marco de la Tercera Guerra Carlista. Esto nos ayudará a entender el porqué Cuenca estuvo (y está) obligada a rendir homenaje a las víctimas.

El caldo de cultivo de esta tercera guerra fue la expulsión de Isabel II (1869), el poco eficaz reinado de Amadeo I de Saboya (noviembre 1870-febrero 1973) y la convulsa Primera República que contó con 4 presidentes desde febrero de 1873 al 29 de diciembre de 1874).

El 16 de octubre de 1873 Cuenca fue sorprendida y ocupada por el brigadier José Santés. La resistencia duró dos horas y media, debido a una tropa insuficiente, indiferencia política y rechazo a utilizar las armas por parte de los conquenses y que, parte de la población, liderados por el Obispo Miguel Payá y Rico eran favorables a la causa carlista.
No es momento de valorar la posición de la Iglesia porque hay que pensar que la desamortización de Mendizabal era bastante reciente y las cosas debían estar calentitas.

Los asaltantes, se apropiaron de un botín consistente en armamento, caballos y dinero en metálico (unas 16.000 pesetas). Al día siguiente se marcharon sin dejar muertos.

Carte de Visite del Obispo Miguel Payá. Fotografo Rufino Sanchez 

El pretendiente Carlos VII ya andaba dando vueltas por España desde mayo de 1872 asentando su corte en Estella y fracasando en el asedio de Bilbao.  Delegó en su hermano Alfonso Carlos de Borbón algunas de las guerrillas que se hicieron por el país. A este lo acompañaba su joven esposa Maria Nieves de Braganza, más conocida con Doña Blanca. No era una mujer al uso de la época, con partidarios y detractores dentro de su ejercito. Gran amazona y con fama de despiadada (pero bueno, también eso va implícito en que la historia la narran los vencedores).

Grabado Alfonso Carlos de Borbón y Maria Nieves de Braganza.
http://carlistas-historiaycultura.blogspot.com/2008/01/proyecto-de-manifiesto-de-sm-la-reina.html

El caso es que el día 12 de julio, tras un fracasado ataque a Teruel, se vienen para Cuenca y el día 13 comienza el asedio. Llegan a la ciudad un contingente de unos 17.000 soldados y se comenta también que podría haber unos 200 seguidores dentro de la ciudad.
Los infantes liberales (entre soldados y voluntarios) eran unos 2.200. La pugna no era muy equitativa. Además tras dos días de asedio y en pleno mes de julio, teniendo en cuenta que "cortaron el acueducto en el caserío de la Cueva del Fraile" (según cuenta Benito Pérez Galdós en Episodios Nacionales : De Cartago a Sagunto) pues hay que imaginar cómo estarían de fuerzas. Para más inri se comenta que hubo ayuda por parte de gente de dentro de la ciudad para que entraran por la Calle de la Moneda.
A todo esto, ¿qué hacía el gobierno de Madrid? Pues envío una tropa de unos 3.500 hombres comandados por el general Soria Santa Cruz para ayudar a Cuenca. ¿Por qué no lo hicieron? Pues no se sabe. El caso es que la prensa de la época pedía que se fusilara a dicho general y acusaba al gobierno de complice de esa nefasta conducta.


Tarjeta postal. Cuadro de Alejandro de la Roche.
**La fecha no es la correcta, ya que como hemos visto ellos no estuvieron en Cuenca en esa fecha sino del 13 al 18 de julio. El 16 de octubre fue Santés quien saqueó Cuenca aunque sin víctimas.

Reverso de la tarjeta postal anterior


Miguel Romero Saiz en el libro El Saco de Cuenca dice:
El horror reinaba en cada una de las calles de la ciudad vieja; el incendio producido en los edificios más emblemáticos, como el Instituto, la Delegación de Hacienda, la comandancia militar, el Hospital de Santiago, numerosas casas de vecinos, las oficinas del cuartel de la guardia civil, el Matadero y sobre todo, el edificio de El Carmen que ardía en su totalidad, inundaba de humo toda la ciudad, provocando una imagen dantesca.
Animales muertos por las calle, algunos cuerpos mutilados en espera de ser recogidos, muebles destrozados, armas, piedras producto de los numerosos cañonazos sufridos a lo largo de aquellas 56 horas de constante asedio. La desolación y muerte en cada rincón, en cada calle. A lo lejos se oía el llanto de alguna madre en la búsqueda de su hijo.


Fotografía extraída de Mis Memorias. Maria de las Nieves de Braganza y Borbón
A aquel periodo de asedio y muerte se le denominó "El Saco de Cuenca".
Según las actas municipales, serían 36 los defensores de Cuenca fusilados, 3 los muertos civiles y 3 los muertos militares, haciendo un total de 42 muertos.
Unos 600 heridos tratados en el Hospital de Santiago y Hospitales de Sangre (fijaos el desastre, porque en aquel momento la población de Cuenca era de unas 17.000 personas).
Y 700 prisioneros que se llevaron de Cuenca por tres caminos diferentes con dirección a Chelva. Las penurias que pasaron, la llegada a Cañete, las confrontaciones en Salvacañete os recomendamos leerlas en los libros escritos al respecto.
(Nota: las cifras de muertos, heridos y prisioneros varían según las fuentes consultadas).

La actuación de las tropas carlistas durante los días 16, 17 y 18 de julio, mientras que las tropas liberales seguían acantonadas en las inmediaciones de Cuenca también es harina de otro costal.

Esta batalla en Cuenca es considerada como cruenta e inútil, encabezada por unos carlistas ya decadentes que tuvieron que exiliarse poco después ya que en febrero de 1875 se restauró la monarquía en la persona de Alfonso XII.

No conocemos fotografías hechas por los carlistas en Cuenca. No obstante, nos consta que al menos en otras campañas incluso llevaban sus propios fotógrafos y así podemos visualizar imágenes de aquellas épocas en museos, archivos y colecciones particulares.

Anónimo. Placa de vidrio al gelatinobromuro. Aprox.1900
Según Herminio Lebrero Izquierdo en Lugares de Memoria Institucionalizada en Cuenca, un año después, el 15 de julio de 1875 se realizó un acto de recuerdo a las víctimas, consistente en la celebración de honras fúnebres en la catedral. Al año siguiente, tras la derrota definitiva de los carlistas, el Ayuntamiento decreta tres días de festejos, con repique de campanas, calles iluminadas, bailes y suelta de vaquillas. Ese mismo año, 1876, se propone erigir un monumento fúnebre inspirado en el monolito levantado en la Plaza de la Lealtad de Madrid dedicado a las víctimas del 2 de mayo.
El coste fue de unas 10.000  pesetas, 6000 de las cuales por suscripción popular y 4.000 a cargo del Ayuntamiento (no se consiguió ni un duro del Partido Liberal, a pesar de que la comisión nombrada al efecto fue a Madrid a ver si caía algo).

Según Diego Gómez Sánchez, en su libro La Muerte Edificada, todo el conjunto de 68 metros cuadrados, estaría rodeado de una verja, ocupando una superficie total de unos 200 metros cuadrados.


Detalle de la anterior. Ver Torre del Giraldo y Ermita del Socorro

En 1895, la calle de Las Torres fue rebautizada 15 de julio. Coincidiendo con el tercer aniversario de la masacre (julio de 1877) se inauguró el monumento.

Tarjeta postal fotográfica. Jesús Enero. Aprox. 1905. 

Por razones desconocidas no se exhumaron los cuerpos de todas las víctimas, las 24 que sí lo fueron, previo permiso de sus familias, fueron incineradas y depositados sus restos en el mausoleo.
El programa de actos comenzó el día 14 con el repicar de todas las campanas de la ciudad y la bendición del mausoleo, al día siguiente nuevamente repicarían las campanas y al final de la tarde se celebraría una misa de réquiem en la catedral. Después desde el ayuntamiento tendría lugar una procesión cívica organizada con gran solemnidad. Abriendo el desfile irían cinco batidores a caballo de la Guardia Civil, seguidos por los acogidos de la Casa de Beneficencia, los parientes de las víctimas, los vecinos en general, los jefes y oficiales de la administración civil y militar, los maceros del ayuntamiento escoltarían a la corporación municipal, gobernadores civil y militar y por último las fuerzas de la guarnición de la ciudad cerrarían la comitiva. El recorrido desde el Ayuntamiento hasta el mausoleo terminaría con un responso y salvas de ordenanza.

Placa estereoscópica 6x13. 1912
Colección José Luis Mur.
Publicada en Fotografía Estereoscópica en Cuenca (1858-1936)
El monumento se levantó en el Campo de San Francisco, detrás del desaparecido Cuartel de Provinciales , en el mismo sitio que hoy se levanta el edificio que fue de ICONA y ahora ocupa el Servicio de Recaudación de la Diputación.

Detalle de la anterior. 1912
Tras el golpe de Primo de Rivera, la celebración comenzaba a ser incomoda por las reminiscencias (liberales) que ésta inevitablemente traía y el discurso que acompañaba la conmemoración cambió.
Es por ello que en 1925 el consistorio decide suprimir el acto central, la marcha por la ciudad hasta el obelisco, sustituyéndolo por una serie de misas.

Fotografía de Cesas Huerta Stern. Publicada en Vida Manchega núm 69. 31 de julio 1913.
https://memoriadecuenca.wordpress.com/ ( Biblioteca Municipal de Cuenca)

Esto es lo que escribió Rodolfo Llopis respecto a la eliminación del acto central en 1925:
Y esta procesión que como una conmemoración ritual se venía celebrando desde hace 50 años, el Ayuntamiento de hoy ha decidido suprimirla. Le ha quitado lo que tenía de popular. Solo le ha dejado las misas. Eso sí, muchas misas. El quince de julio, por obra y gracia de este Ayuntamiento, ya no es un acto civil; ha quedado reducido a un acto religioso.

Tarjeta postal. Ed. M.Verges. (1915-1920)

A comienzos de la II República, se recupera y amplia la simbología del 15 de julio como el acto de las izquierdas conquenses. 
El Ayuntamiento republicano retomó la manifestación cívica como acto central, incorporando elementos que venían a suponer un enlace entre las víctimas carlistas de 1874 y los nuevos mártires republicanos. Volvía el repicar de campanas, una modificación del itinerario de la marcha e incluso la celebración de sufragios en el altar de dicho monumento.  De hecho la manifestación cívica contó con la presencia del cabildo catedralicio y es que durante todo el período republicano anterior a la guerra civil no existían conflictos entre las autoridades municipales y religiosas en relación con la celebración de actos litúrgicos. De hecho las procesiones de Semana Santa se celebraron con normalidad hasta 1936 aportando el Ayuntamiento dinero para colaborar en la organización.

Tarjeta postal. Librillo Recuerdo de Cuenca. Ed. M. Arribas. (1915-1920)

En 1936 se conmemoró por última vez el quince de julio. Tres días después comenzó la guerra.

El 1 de marzo de 1943, la calle antaño llamada de Las Torres, después denominada 15 de julio se convierte, mediante simple operación aritmética, en 18 de julio.

Tarjeta Postal. HAE. Aprox. 1925

El 2 de junio de 1944 se demolió el monumento y las cenizas de las víctimas conquenses del ataque carlista fueron depositadas en el nicho nº 1, fila 1ª, a ras de tierra, sin rótulo, fecha ni lápida.

En 1992, la calle 18 de julio, vuelve a recuperar su nombre: Calle de las Torres.


Bueno y aquí termina esta humilde aportación, que en un principio ideamos como una muestra fotográfica pero que entendimos  debía ir acompañada de momentos y fechas que nos hicieran conocer este triste suceso de la historia de Cuenca.
Os emplazamos a abrir de nuevo la foto inédita de autor anónimo con la que hemos comenzado esta entrada. Hay detalles relevantes como el de los tres sacerdotes concelebrantes ataviados con dalmáticas, los niños vestidos de blanco subidos en la verja, la frondosidad de los cipreses, la pareja asomada al balcón con sombrillas, ...

https://ayuntamiento.cuenca.es/portal/lang__es/det__cuenca-recuerda-a-las-victimas-del-saqueo-carlista-a-la-ciudad-en-el-140-aniversario-de-aquel-hecho-historico,61488,UrlAmigable/tabid__26140/desktopdefault.aspx


Alguna de la bibliografía consultada, reseñas a otros títulos, además de fuentes de internet.

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Imagen del Monolito en la plaza de la Lealtad, mencionado en esta entrada.
https://caminandopormadrid.com/el-obelisco-de-la-plaza-de-la-lealtad


Comentarios

  1. Muy interesante post. Tan solo un detalle. El general Cabrera quedó al margen de la Tercera Guerra Carlista. Estaba exiliado y bien casado en Inglaterra... aportó dinero por compromiso y acabó rompiendo con el Partido Carlista para acabar apoyando la restauración en la persona de Alfonso XII

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    1. Muchas gracias por la corrección. Modificado el texto. La verdad es resulta tan interesante la historia de Cabrera que no nos dimos cuenta de que en esas fechas era ya demasiado mayor y había cambiado de trayectoria. Esto nos ha hecho aprender más cosas al respecto. Saludos

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  2. Gracias por el articulo. Es muy bueno aprender historia, y si es de la más cercana ( nuestra Cuenca), mucho mejor.
    Un saludo chicosss.

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